Acabo de llegar de un viaje al Sur de la India. Esta vez me han acompañado un grupo de 10 amigas que por primera vez colgaron su mochila a la espalda y por primera vez viajaban fuera de España.
Para mí, acostumbrada a viajar siempre sola, ha sido una experiencia maravillosa, aunque el primer día nos ocurrió algo “inimeginable”.
Eran las 7 de la mañana, acabábamos de llegar a Mamallapuram (patrimonio de la humanidad) y como era muy temprano no pudimos acceder a las habitaciones del hotel y estábamos esperando en el jardín y en esto que oigo música en la calle y como la espera se hacía larga dije a mis nuevas mochileras: “venga, vámonos a dar una vuelta por las calles de la India” Salimos todas ilusionadas para acercarnos a los músicos que vimos estaban tocando un poco más adelante y ¿qué encontraos?… pues nada ás ni nada menos que un muerto, un cadáver, colocado sobre una mesa en la isma acera y los músicos tocando a su lado. El impacto fue total, a un lado el muerto, al otro lado de la calle a unas cabras intentado comer los papeles de propaganda que estaban en las paredes, allá lejos unas vacas y varios perros y a lo largo de la calle mucha suciedad y claro sin aceras. Yo miraba las caras de mis “niñas” y no sabía que decirles y para aninarlas les digo, “venga vamos a tomarnos un buenísimo chai que seguro nos va a sentar muy bien”, pero claro yo había olvidado que los chais no los íbamos encontrar en una cafetería (a la europea), no el chai lo encontramos en un lugar donde habían puesto dos mesas de madera desvencijadas y en un agujero en la pared había un hombre cociendo la leche en una gran cazuela renegrida por el fuego, de manera que el chahi e lo tomé yo y dos más y el comentario que me hizo una de las viajeras fue éste “ESTO NO PUEDE SER REAL, ESTO ES LO MAS PARECIDO A UNA PELICULA DE ALMODOVAR”
Bueno menos al que esto fue solo al principio porque al final de viaje ya estaban acostumbradas a viajar en autobuses, trenes y barcos y hasta llegaron a comer en comedores indios donde el plato se sustituye por hojas de platanera.
Ha sido un viaje mágico, todo salió perfecto y todas estábamos tan felices que hasta bailábamos y cantábamos siempre que nos daba la vena (y que nos dio muchas veces)
Voy a colgar fotos para que tengáis una idea de las maravillas que vimos